Yoga y sexo

Desde hace algún tiempo se ha producido en Internet una interesante controversia sobre yoga. Tiene que ver con la noticia de la acusación a J. Friend, fundador de la secta Anusara Yoga, una secta de mucho éxito en EE.UU. y grandes ingresos económicos, de abusos de poder para tener relaciones sexuales con algunas de sus discípulas. A partir de aquí se generaliza la acusación y se nombra a otros famosos yoguis que también mantenían prácticas sexuales con discípulas en las que se aprovechaban de su estatus de maestro, como parece que hacía el mismo Satyananda. El yoga propicia el desenfreno sexual, se afirma.

La realidad es que el yoga mejora la salud. El pranayama y las asanas, que estimulan el sistema cardiovascular, ayudan a irrigar mejor los órganos, incluyendo, claro está, los órganos sexuales. Al mismo tiempo la práctica del yoga produce bienestar, alegría, vigor y energía vital, lo que fácilmente se traduce en un mayor deseo y, a veces, una mayor actividad sexual.

La propia práctica de hatha yoga que se hace en grupos de hombres y mujeres vestidos con ropa ligera anima el deseo sexual, dicen algunos periodistas. Y la práctica de las asanas, con posturas corporales poco habituales que nos demuestran la cantidad de posiciones nuevas y la ductilidad de nuestro cuerpo nos hacen más conscientes de nuestras posibilidades. Durante una sesión de yoga físico hacemos el recorrido mental del cuerpo y nos concentramos, en función del tipo de asana, en alguna parte concreta para incrementar la conciencia sobre funciones y órganos, incluidos los órganos sexuales.
Tantra yoga en Khajuraho, y el yogui Gandhi, de renunciante, que más adelante se haría brahmacary
De modo que la práctica de yoga aumenta la energía, el vigor y la conciencia corporal, y puede aumentar la vitalidad sexual.

Pero la práctica de yoga no son solo la realización de asanas, el pranayama y la atención al cuerpo. Uno de los puntos esenciales de Yama, el primero de los pasos del camino del yogui descritos por Patanjali, “el padre del yoga”, en sus Yoga Sutras, es Brahmacarya, control sensual y, en particular, el control del sexo.

Otro aspecto esencial para el yogui es el paso quinto de estos ocho pasos del yoga, Pratyahara, el retraimiento de los sentidos. Consiste en la capacidad de controlar nuestros sentidos, no distraernos y permanecer concentrados y encaminados hacia donde queremos ir.

En el yoga no se trata de dejarnos llevar, sino de aumentar nuestra voluntad y nuestra energía psicológica tanto como la corporal.

Así que, ante la proliferación de sectas y distintas clases de yoga que últimamente se anuncian como yoga, es fácil que el problema sea del maestro, el gurú, o el sadhu. Presos de un narcisismo y una soberbia típicas de la persona que se cree superior simplemente porque otras personas le otorgan el poder de señalar cual es la verdad y la mentira, se creen con el derecho de ser atendidos y “adorados” en todos sus caprichos.

También, en algunos casos, la sexual puede ser una forma más de dominación para incrementar su poder.

Este parece ser el fondo del asunto, porque la aureola de santidad y ser superior que algunas personas otorgan al maestro o sacerdote, auspiciadas o no por su propia iglesia, sirve en muchas ocasiones para que se produzcan abusos sexuales.Nadie está libre de ello, y tampoco la iglesia católica, como todos hemos podido saber en estos últimos años.

Ahora, algunos católicos fundamentalistas se escandalizan con la noticia, y pretenden utilizarla para estigmatizar al yoga y a determinados monasterios católicos que llevan decenas de años facilitando la estancia en su seno a grupos de personas que lo practican. Y sin embargo, muchos yoguis hacen perfectamente compatible la práctica del yoga con los ritos que, como católicos, se celebran diariamente en la comunidad religiosa en la que se encuentran.

4 comentarios:

  1. Hola,

    permíteme dejarte mi propia versión de este tema:

    http://jardinigansio.blogspot.in/2012/04/el-sexo-y-el-yoga.html

    ¡Un saludo!

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    1. A veces un comentario resulta muy corto, es verdad, a mí también me pasa.

      Mucho mejor un post, nos permite matizar y exponer con más detenimiento lo que pensamos.

      Gracias, Ignacio. Como somos seres contradictorios, te he dejado un comentario, ja,ja.

      Un abrazo

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  2. Es evidente que este señor Friend no vive el yoga, solo se aprovecha de él. Es una lástima se den estos casos, porque aparte del perjucio ocasionado a las víctimas, perjudica a la imagen del Yoga en general. Espero que esto no obstaculice los retiros que la Asociación de Yoga Cuatro Caminos organiza en S. Juan de la Cruz, sería muy injusto.

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    1. La Iglesia Católica tiene varias vertientes y tradiciones; una de las más importantes históricamente es la acogida y el refugio para los estudiosos y los que intentan profundizar honestamente en algún aspecto de la espiritualidad.
      Esta tradición, igual que la ayuda a los oprimidos y necesitados, esperamos que siga, se reconozca y se fortalezca cada día más para el bien de todos.

      Gracias Julia por tu deseo. Un abrazo

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