El yoga puede "iluminar" las aulas de los colegios e institutos, 1ª parte

La popularización que el yoga ha sufrido/disfrutado estos últimos tiempos lo ha abierto a diversos colectivos. Ya no es solo un método integral que mejora y hace más saludable la vida de adultos sanos y radiantes.

Con la condición de ser perseverantes en la práctica, suficientemente flexibles, estar más o menos sanos y tener la disciplina imprescindible para confiar y saber esperar los beneficios, cada vez más hombres y mujeres se benefician del yoga.

Paulatinamente se han van incorporando otros colectivos que en principio parecía que no podrían practicar yoga, dada su fama de difícil, exigente y un poco aburrido.

El yoga se ha ido adaptando desde principios del siglo pasado, con Krishnamacharya, a las condiciones de personas con determinadas enfermedades físicas. Y así nació la yogaterapia.

Poco a poco se han ido incorporando personas mayores y ancianos que han podido comprobar hasta que punto el yoga puede adaptarse y servir a sus necesidades. Retrasar las consecuencias negativas del envejecimiento, mejorar el tono muscular, la movilidad, el equilibrio vestibular y, sobre todo, la alegría de vivir, la capacidad de concentración y de memoria, son cualidades que estas personas experimentan cuando hacen yoga.

También las personas con problemas psicológicos como ansiedad, depresión, estrés, o incluso dificultades más graves, comienzan a practicarlo en la medida de sus posibilidades. Kabat Zinn lo utiliza en su Clínica para la Reducción del Estrés y otros trastornos como la depresión. Cada vez más, psicólogos y psiquiatras lo recomiendan como un método complementario de las terapias, ya sean químicas o psicológicas. En algunos casos se ha utilizado para personas con enfermedad de Asperger, problemas fóbicos o un trastorno bipolar en remisión, que yo sepa.

¿Y los niños?


Krishnamacharya ya enseñó yoga a los niños en su escuela fundada en Mysore, bajo los auspicios y el apoyo del Maharajá. Indra Devi consiguió enseñar yoga como una asignatura aparte en las escuelas de El Salvador, en 1977. Micheline Flak, la mayor autoridad en yoga de la educación que existe en la actualidad, fundó la Institución RYE un poco después, en 1978, con el objeto de utilizar el yoga dentro de las actividades del aula. Y lo hizo en un país que se vanagloria de su escuela pública, laica y científica, y que prepara a sus ciudadanos, dicen ellos, excelentemente para el futuro: Francia.

RYE, son las siglas en francés de Recherche sur le Yoga dans l’Éducation (Investigación acerca del Yoga en la Educación). Actualmente, el yoga se aplica en Francia en más de 300 colegios y forma parte del Programa de Formación Docente de La Sorbonne. Su método está apoyado por la UNESCO.

Micheline Flak dice que en esta sociedad donde el estrés y la prisa afectan tanto a todos, también afectan a los niños. Hiperactividad, distracciones continuas, baja calidad de la atención y la concentración al acostumbrarse a hacer varias tareas al mismo tiempo, dificultades para el silencio y el recogimiento a causa de los teléfonos móviles y las redes sociales, y a veces agresividad y acoso en las aulas, el yoga puede ser el antídoto que los niños y los adolescentes necesitan.
"Los niños que no escuchan lo que dice el profesor no pueden aprender bien. La mente se tiene que comprometer y focalizar en el tema de estudio. Si no es así no puedes tener buena captación del tema, la memorización es mala. El yoga desarrolla la concientización. Pero no es el único efecto. Además, disminuye la agresión en los niños. El gran problema hoy en día es la disciplina. Entonces a través de ejercicios de respiración enlenteces las emociones, y puedes hacer que los chicos se den cuenta de las emociones que sienten.”

No se trata de que los niños se vuelvan especialistas en yoga, no es eso, se trata de que utilicen el yoga un poco como un juego y otro poco como una actividad para mejorar su atención y su conocimiento de sí mismos. Y sobre todo para bajar su nivel de estrés, que les impide aprovechar y disfrutar en la escuela. Se practican cosas muy simples, “a veces con unos minutos de silencio es suficiente -dice Micheline Flak-, después de un minuto de silencio hay más memoria, más concentración y más atención, está estudiado.”

En España, aunque no conozco todavía ningún colegio que haya introducido en sus aulas el método RYE, si existen centros de yoga donde se utiliza para atender y educar las capacidades emocionales, psicológicas e intelectuales de los niños. Por ejemplo, en la Asociación de Yoga Cuatro Caminos, en Madrid, lo utiliza Pablo Alonso, un profesor de yoga especializado en el trabajo con niños y adolescentes.

España es pionera en un método de enseñanza que, aunque no tiene que ver directamente con el yoga, sigue técnicas muy cercanas como son la Atención Plena, basada en el método Mindfulness, y la Psicología Positiva aplicada a la educación, con el desarrollo de las Fortalezas Personales, un sistema de valores que ha investigado Seligman, uno de los creadores de la Psicología Positiva y director del Departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania.

Como este post ha crecido ya demasiado, hablaremos de este interesantísimo programa educativo desarrollado por el equipo SATI en Zaragoza, llamado Programa Aulas Felices, en el siguiente.

Continuará.

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