Resumen
Yogui Ramacharaka
PRIMERA LECCIÓN: El YO
El hombre, la
superior manifestación del Absoluto en este planeta, es un ser asombrosamente organizado,
aunque la mayoría de las gentes conocen muy poco de su verdadera naturaleza. Comprende
en su estructura física, mental y espiritual, lo superior y lo inferior (Véanse
Catorce 'lecciones y Curso adelantado.). En sus usos se manifiesta casi la
forma de vida mineral, pues en ellos hay efectivamente substancias minerales.
La vida del cuerpo físico se parece a la de la planta. Muchos de los deseos y emociones
físicos son iguales a los de los animales y en el hombre poco desarrollado
predominan y se sobreponen a la naturaleza superior, que apenas se manifiesta.
Además, tiene el hombre una serie de características
mentales que le son propias y no poseen los animales. Y además de las
facultades mentales comunes en mayor o menor grado a todos los hombres, tiene
latentes facultades superiores que cuando se manifiestan y expresan lo
transforman en superhombre. El desenvolvimiento de estas facultades es
posible a cuantos han alcanzado la etapa adecuada de evolución, y el deseo y
anhelo del estudiante por esta instrucción lo causa la presión de las
facultades latentes que pugnan por actualizarse en la conciencia.
Además la
admirable voluntad, débilmente comprendida por quienes ignoran la filosofía
yogística, es el poder del ego, su derecho por nacimiento del Absoluto. El hombre en este grado de conciencia cree
que su Yo es la mente, con el cuerpo por compañero inferior. Conoce que ha
progresado, pero su Yo no responde a los enigmas y preguntas que le conturban y
llega a ser muy desdichado, pues con frecuencia se sume en el pesimismo y
considera la vida mala y desagradable, como un castigo y no como una bendición.
El pesimismo pertenece a este plano, porque ni en el físico ni en el
espiritual arraiga el pesimismo. El hombre sensualizado no tiene tales
inquietudes de pensamiento, porque está casi enteramente absorto en la
satisfacción de su naturaleza animal, mientras que el de evolucionada
mentalidad cree que su mente es un instrumento y no su verdadero ser, y conoce que
es imperfecto en su presente grado de evolución, que tiene en sí la llave de
todo conocimiento, acumulado en el Ego, y que la mente educada, cultivada,
desarrollada y guiada por la voluntad, puede adquirirla a medida que
evoluciona.
Por esto el hombre adelantado no se desespera, y reconociendo su real
naturaleza y posibilidades, al paso que despierta a la conciencia de sus
poderes y capacidad, se ríe de sus antiguos desalientos e ideas pesimistas y
las desecha como vestidos usados. El
hombre en el plano de conciencia es como un elefante que no conoce su propia
fuerza. Podría destruir barreras e imponerse en casi todas las circunstancias;
pero ignorante de su verdadera condición y poder, puede dominarlo un débil
chicuelo o le asusta el crujido de una rama o el roce de un pedazo de papel
RECONOCIMIENTO DEL YO.—
El candidato debe primero darse cuenta de la realidad del Yo antes de conocer
su verdadera naturaleza. Este es el primer pasó. El candidato debe colocarse en
el estado de meditación anteriormente descrito, para concentrar toda su
atención en el Yo, interceptando todo pensamiento del mundo exterior. Debe
forjar en su mente la idea de sí mismo como una entidad REAL, un ser efectivo,
una individualidad, un centro en cuyo alrededor gira el mundo, sin que una
falsa modestia o desestimación propia se oponga a esta idea, porque no negáis a
las demás el derecho de considerarse también como centros. Sois, en efecto,
centros de conciencia establecidos por el Absoluto. Hasta que el ego se
reconozca como un centro de pensamiento, influencia y poder, no será capaz de
MANIFESTAR estas cualidades. Y el grado en que reconozca su posición como
centro, será capaz de manifestar sus cualidades. No es necesario que os
comparéis con otros ni os imaginéis superiores a ellos, pues tales
comparaciones son indignas de un ego adelantado, e indican falta de desarrollo.
Durante la meditación, olvidad toda consideración de las respectivas cualidades
de los demás y esforzaos en reconocer que CADA UNO de vosotros es un centro de
conciencia, poder, influencia y pensamiento. Y que así como los planetas giran
alrededor del sol, así vuestro mundo gira alrededor de VOSOTROS que sois su
centro.
El ejercicio es el
siguiente: Colocaos en estado de meditación y pensad que VOSOTROS MISMOS, el
Yo es independiente del cuerpo, del que se vale como su vestidura e instrumento
de manifestación. Pensad que vuestro cuerpo es lo que podría ser un cómodo
vestido. Daos cuenta de que sois capaces de dejar el cuerpo y ser el mismo yo.
Imaginad desde arriba vuestro cuerpo. Pensad que el cuerpo es como una
envoltura de la cual podéis salir sin afectar vuestra identidad. Pensad que
domináis y regís el cuerpo que ocupáis, usándolo con la mejor utilidad,
haciéndolo sano, fuerte y vigoroso, pero que no obstante sólo es una envoltura
del Yo. Pensad que el cuerpo está compuesto de átomos y células que cambian
constantemente y se mantienen reunidas por la energía de vuestro ego que puede
mejorarlos a voluntad. Comprended que habitáis en el cuerpo y lo usáis por
conveniencia como podríais habitar una casa.
REGLAS Y
EJERCICIOS DESTINADOS A AYUDAR AL CANDIDATO EN SU INICIACIÓN
La primera instrucción en el curso de la iniciación está
destinada a despertar en la mente el completo reconocimiento de la
individualidad del Yo. Al candidato se le enseña a relajar su cuerpo, calmar su
mente y meditar sobre el Yo hasta que aparece claro y distinto ante la
conciencia. Daremos instrucciones para determinar la condición mental y física
deseada, en que son más fáciles la meditación y concentración.
Los maestros Yogis enseñan a los candidatos que su
reconocimiento del Yo como un centro puede apresurarse entrando en el Silencio
o estado de meditación, y repitiendo varias veces su primer nombre lenta,
deliberada y solemnemente.
CONOCIMIENTO DE QUE
EL YO NO DEPENDE DEL CUERPO. — Pensad que vuestro cuerpo es lo que podría
ser un cómodo vestido. Daos cuenta de que sois capaces de dejar el cuerpo y ser
el mismo yo. Imaginad desde arriba vuestro cuerpo. Pensad que el cuerpo es como
una envoltura de la cual podéis salir sin afectar vuestra identidad. Pensad que
domináis y regís el cuerpo que ocupáis, usándolo con la mejor utilidad,
haciéndolo sano, fuerte y vigoroso, pero que no obstante sólo es una envoltura
del Yo. '
RECONOCIMIENTO DE LA
INMORTALIDAD E INVENCIBILIDAD DEL EGO. —
AFIRMACIÓN
Soy un Centro a cuyo alrededor gira mi mundo:
Soy un Centro de influencia y poder.
Soy un Centro de pensamiento y conciencia.
Soy independiente del cuerpo.
Soy inmortal y nada puede aniquilarme.
Soy invencible y nada puede dañarme.
SEGUNDA LECCIÓN: LOS INSTRUMENTOS
MENTALES DEL EGO
El Yo es Espíritu, pero sus principios mentales son de orden
inferior. Conviene examinar rápidamente estos tres principios de la mente
humana.
Primero, hay la mente
instintiva, que el hombre posee en común con los animales. Es el primer
principio mental que aparece en la escala de la evolución. En sus fases
inferiores, la conciencia es apenas perceptible, y sólo se manifiesta la mera
sensación. En sus fases superiores, alcanza el plano del intelecto, y ambos se
entremezclan. La mente instintiva opera con mucha eficacia en la dirección y mantenimiento
de la vida animal de nuestros cuerpos En el plano inmediato superior al de la
mente instintiva, está el intelecto la parte de la mente que razona, analiza y
piensa. Lo empleáis al estudiar esta lección; pero tampoco es el Yo sino uno de
sus instrumentos.
El tercero y superior principio mental es la mente espiritual, casi desconocida por
la mayoría de las gentes, pero que es el origen del genio, inspiración,
"espiritualidad" y lo superior de nuestra estructura mental. Todos
los grandes pensamientos e ideas flotan en la mente espiritual y de ella procede
el desenvolvimiento de la humanidad. Todas las ideas superiores que ha
recibido el hombre en su evolución, referentes a la rectitud de conducta,
verdadero sentimiento religioso, bondad, humanidad, justicia, amor altruista,
clemencia, simpatía, le llegaron por el lento desenvolvimiento de la mente
espiritual. El amor a Dios y al prójimo, el conocimiento de las verdades
ocultas y el reconocimiento del Yo han de llegarle por conducto de la mente
espiritual. Pero aun esta asombrosa parte de la mente es sólo un instrumento,
aunque sumamente delicado, del Yo.
DISCIPLINA MENTAL
No está destinada esta lección a enseñaros a desechar las
emociones, aunque bien podría libraros de las siniestras; pero nuestro
propósito es daros a entender que el Yo es superior a estas condiciones mentales
e independientes de ellas, y una vez comprendida la naturaleza del Yo, podréis
volver a usar, como dueño, lo que antes usabais como esclavo.
Una vez comprendida esta verdad podréis usar la mente
con mayor poder y eficacia, porque reconoceréis que es vuestro dócil y
obediente instrumento. Podréis dominar vuestros afectos y emociones cuando sea
necesario, y elevaros de la condición de esclavo a la de dueño. Nuestras
palabras resultan mezquinas y pobres en comparación de la magnitud de la verdad
que exponemos. Debéis comprender que cada esfuerzo mental tiene tras sí el Yo. Mandáis
a la mente obrar y obedece a vuestra voluntad. Sois dueños y no esclavos de
vuestra mente, los directores, no los dirigidos. Libertaos de la tiranía de
la mente que por tanto tiempo os ha oprimido. Afirmaos en vosotros mismos y
sed libres. Os ayudaremos durante el curso de estas lecciones, pero debéis
primero afirmaros como dueños de vuestra mente. Formad la mental
declaración de independencia de vuestros hábitos, emociones y pensamientos
indómitos, y afirmad vuestro dominio sobre ellos. ¡Entra en tu Reino, ¡OH!
manifestación del Espíritu!
AFIRMACIÓN
Soy una entidad; mi mente es mi instrumento de expresión.
Existo independiente de mí mente y no dependo de ella.
Soy dueño de mi mente, no su esclavo.
Puedo apartar de mí sensaciones, emociones, pasiones,
deseos, facultades intelectuales y todos mis instrumentos mentales como
pertenecientes al No-Yo, y queda el Yo, que no puedo apartar de mí, porque es
mi mismo ser, mi único ser, mi real ser, el Yo eterno, perenne, inmutable.
TERCERA LECCIÓN: LA EXPANSIÓN DEL YO
Pag.15: Lo mencionamos simplemente para que el estudiante
pueda evitar el "Yo soy Dios" y no caiga en la celada que amenaza al
candidato en el momento que emprende la marcha en el Sendero. No sería un
asunto tan serio ni fuera simplemente cuestión de error metafísico, porque
podría corregirse con el tiempo; pero es mucho más grave porque conduce
invariablemente a la correlativa doctrina de que todo es ilusión o maya, y que
la vida es sólo un sueño, algo falso, una mentira, una pesadilla, que el
Sendero es ilusión, que todo es "nada", que el alma no existe, que el
hombre es Dios disfrazado que se engaña a Sí mismo creyendo que es el hombre y
que la vida es una divina mascarada o espectáculo de prestidigitación, que el
hombre es Dios, pero que se atonta para distraerse.
¿No es una idea horrible? No confundáis nuestra enseñanza
con la que acabamos de mencionar. Decimos que el hombre es un Yo real, no Dios
mismo, sino su manifestación, un Hijo del Absoluto, poseedor de la divina herencia,
cuya visión es actualizar las cualidades cuyo germen infundió Dios. Sin
embargo, aunque el Yo no es Dios, es infinitamente mayor de lo que habíamos
imaginado. Se extiende mucho más allá de los límites que habíamos concebido.
Está en contacto con el universo en todos sus puntos y en íntima unión con toda
vida. Está en estrecho contacto con el mundo de la relatividad emanado del
Absoluto. Y aunque está en la superficie del universo relativo, tiene sus raíces
en el Absoluto de que se nutre, lo mismo que el feto se nutre de la sangre de
la madre.
Yo, que no supone el aniquilamiento de la
individualidad como algunos han supuesto, sino el acrecentamiento de la conciencia
individual hasta abarcar el Todo. En el "Curso Adelantado" expusimos
las enseñanzas yoguísticas concernientes al akasa o materia primordial de la que derivan todas las formas
materiales según su grado de vibración. Por lo tanto, también la materia es
un principio universal, y así todas las partículas del cuerpo físico son una
porción de este gran principio del universo, extraídas del gran depósito.
Lo mismo acontece con la energía vital que estáis usando en cada
momento de vuestra vida. Estáis constantemente extrayéndola del gran depósito
universal de prana, usando la
necesaria y eliminándola luego para dinamizar otra forma. Es propiedad de
todos. Hay una sola energía operante en todas partes y en todo tiempo. La
substancia mental está sujeta a la misma ley. Sin embargo, somos tan propensos
a considerar que nuestras operaciones mentales forman parte de nosotros mismos
y nos pertenecen personalmente, que nos
es difícil comprender que la substancia mental sea un principio universal lo
mismo que la materia y la energía, y que la extraemos de la provisión universal
en nuestras operaciones mentales.
El Yo es lo
único real en vosotros, lo único permanente, y la materia, la energía y la
mente son medios de manifestación y expresión del Yo. Conviene fijar en la
mente la idea de la universalidad de la Vida. Todo el universo está vivo, vibrante y palpitante de vida, energía y
movimiento. No hay nada muerto en el universo. La Vida está en todas partes
y siempre acompañada por la inteligencia. En vez de átomos de vida flotantes en
un mar de muerte, somos átomos de vida circundados por un océano de vida,
palpitante, moviente y pensante. Cada átomo de materia está vivo. Tiene energía
y está siempre acompañado por inteligencia y vida. Doquiera en nuestro rededor,
en los reinos mineral, vegetal y animal vemos vida.
Todo vive con inteligencia. Cuando así lo comprendemos y
además somos conscientes de la Vida Universal, estamos en camino de llegar a la
conciencia cósmica. Pero todas estas consideraciones son pasos que conducen al
individuo al reconocimiento de la Unidad Espiritual. La manifestación de
espíritus individuales por parte del Absoluto fue un acto único y no una serie de
actos. Cada ego es un centro de conciencia en el infinito océano del Espíritu,
cada uno es un yo, aparentemente separado de los otros y de su origen, pero
estrechamente enlazado con todos y relacionado con el Absoluto por digámoslo
así, filamentos espirituales. Con el tiempo llegaremos a ser más conscientes de
esta mutua relación, a medida que trascendamos y desechemos las envolturas hasta
que finalmente volvamos de nuevo al Absoluto, a la Mansión del Padre.
Pag.19: Hay gran diferencia entre las enseñanzas científicas
e intelectuales del Yoga Jnana y los métodos del Yoga Raja que gradualmente
conducen al candidato a la conciencia de su verdadera naturaleza, independiente
de toda afirmación intelectual. La mayor
parte del trabajo mental se efectúa mientras estáis ocupados en alguna otra
cosa, o hasta durmiendo, porque la mente subconsciente opera a su sabor.
Pag.20: Deseamos que procuréis formar por lo menos una débil
idea de vuestro real estado de existencia para que gobernéis los principios
inferiores por la fuerza de vuestra
despierta voluntad, que depende de vuestro grado de conciencia del Yo.
AFIRMACIÓN
Hay sólo una materia; una energía, una mente. La materia
procede de la energía, y la energía de la mente, y las tres emanan del
Absoluto, trino en apariencia y Uno en esencia. Hay sólo Una Vida que compenetra
el Universo y se manifiesta en variedad de formas. Mi cuerpo es uno con la
materia universal; mi energía es una con la energía universal; mi mente es una
con la mente universal; mi vida es una con la vida universal. El Absoluto se ha
expresado y manifestado en Espíritu, en el Yo real que cobija y abarca todos
loa Yos aparentemente separados. Yo siento mi identidad con el espíritu y
percibo la Unidad de Toda Realidad. Siento mi unidad en el Espíritu. Percibo
que Yo Soy expresión y manifestación del Absoluto y que su verdadera esencia
está en mí. Estoy lleno de divino amor. Estoy lleno de divino Poder. Estoy
lleno de divina Sabiduría. Soy consciente de la identidad en espíritu, en
substancia y en naturaleza con la única Realidad.
CUARTA LECCIÓN: DOMINIO
MENTAL
No obstante de haber demostrado en la segunda
lección que el Yo es superior a los estados mentales y que puede separarlos y
considerarlos pertenecientes al No Yo, es tanta la fuerza del hábito mental que
acaso tarden algunos mucho tiempo en reconocer que la mente es un instrumento
del Yo, no el mismo Yo.
1°, Mente instintiva: 2°, Intelecto; 39, Mente Espiritual.
El Yo se manifiesta como voluntad con la que puede gobernar
su mente y el mundo exterior. La Yoga Raja elimina los escombros y desbarata
los obstáculos mentales para que la mente individual sea clara, limpia y sana.
Luego procede a gobernar y regir la mente inteligente y eficientemente,
evitando todo consumo inútil de energía, y por medio de la concentración
coloca la mente en completa armonía con la voluntad, para acrecentar su
poder y asegurar su eficacia. La concentración de la mente y la fuerza de
voluntad son los medios de que se valen los yoguis para obtener asombrosos
resultados, y dominar el mundo fenomenal en virtud del dominio que poseen
sobre la energía y la materia. Los yoguis dominan por completo la mente en sus
tres planos: instintivo, intelectual y espiritual. Por el dominio de la mente
instintiva sojuzgan su naturaleza inferior y despliegan las cualidades superiores.
Por el dominio de la mente intelectual amplían asombrosamente el campo del
intelecto y obtienen admirables resultados.
Por el dominio de la mente espiritual estimulan su
desenvolvimiento y la obligan a transferir al campo de la conciencia ordinaria
los secretos que guarda. Por medio de la, Yoga Raja se descubren muchos
secretos y enigmas del universo y se actualizan las facultades latentes en la
constitución del hombre. Se cree que los sumamente versados en esta ciencia,
han obtenido tal grado tan asombroso de poder y dominio sobre las fuerzas del
universo, que son como dioses comparados con el hombre ordinario.
El dominio de la mente por medio de la voluntad es lo
primero que se ha de aprender en la Yoga Raja. Es el único camino, acaso
áspero para quienes se figuraban llegar sin esfuerzo al dominio de la mente. De
otra manera, huirá cuando más la necesitéis. El primer ejercicio es el pratyahara o arte de hacer la mente
introspectiva o vuelta al interior sobre sí misma. Es el primer paso hacia el
dominio mental. Se propone que la mente pierda la tendencia de dirigirse al
exterior y vuelva gradualmente al interior, sobre sí misma, para dominarla por
medio de la voluntad.
EJERCICIO I
1° Colocaos en posición cómoda y hasta donde sea posible
libres de perturbadoras influencias externas. No hagáis violentos esfuerzos
para dominar la mente, más bien dejadla vagar por un rato hasta que agote sus
esfuerzos. Aprovechará esta oportunidad y al principio saltará en todas
direcciones como mono en libertad, hasta que gradual y lentamente se os
presente para recibir órdenes. Se puede necesitar algún tiempo para dominarla,
pero cada vez que lo ensayéis vendrá a vosotros más prontamente. Los yoguis emplean
mucho tiempo en la adquisición de esta paz y calma mental, pero se consideran
bien recompensados por ello.
3° Después haced que la mente pase a la tranquila
consideración de la Unidad del Todo y la relación del Yo con la única Vida.
Poder, Inteligencia y Existencia. Notaréis una calma y dominio mental anteriormente
desconocidos. Los ejercicios de las tres primeras lecciones os habrán preparado
para éste.
4° Es el grado más difícil de este ejercicio, pero poco a
poco se adquirirá la habilidad de practicarlo. Consiste en interceptar
gradualmente todo pensamiento o impresión del mundo externo,'del cuerpo, y aun
de los mismos pensamientos, para concentrarse y meditar sobre el "Yo
soy" pero sin decir "Soy esto" o "Soy aquello" o
"Hago esto" o "Pienso aquello", sino simplemente: "YO
SOY". Este ejercicio enfocará la atención en el centro mismo de la
existencia interna y reunirá todas las energías mentales, en vez de dejar que
se dispersen sobre las cosas externas. Un sentimiento- de paz, fuerza y poder
será el resultado, porque la afirmación con el pensamiento en ella subyacente,
es en el alto grado poderosa e intensa, porque es una afirmación de positiva y
real existencia y una introspección del pensamiento hacia esta verdad. Dejad
que la mente se detenga primero en la palabra Yo, identificándola con el Yo y
que luego pase a la palabra SOY, que significa realidad y existencia.
EJERCICIO II
El segundo paso en Toga Raja es la dharana o concentración
para enfocar las facultades mentales. Puede cultivarse hasta un grado casi
increíble, y aunque requiere trabajo, tiempo y paciencia, tendrá valiosa
compensación en el resultado. Los siguientes ejercicios pueden ser útiles en
los primeros pasos de la concentración:
l° Concentrar la atención en algún objeto familiar, pensar
en la cosa en cuestión desde los siguientes puntos de vista:
1. La cosa misma.
2. El lugar de dónde procede.
3. Sus usos.
4. Sus asociaciones.
5. Su finalidad.
2º Concentrad la atención en alguna parte del cuerpo, la
mano, por ejemplo, y fijándola en ella interceptad toda sensación de las demás
partes del cuerpo.
3° Estos ejercicios pueden aplicarse indefinidamente a los
objetos familiares que os rodean. Recordad siempre que la índole del objeto no
tiene importancia, pues lo esencial es que la mente se acostumbre a obedecer a
la voluntad.
4° Enfocad la atención en algún asunto abstracto, es decir,
en algún asunto de interés que pueda ofrecer campo a la exploración mental.
IMPORTANCIA DE LA
CONCENTRACIÓN
La concentración equivale a enfocar la mente, y para
enfocarla es necesario enfocar también la voluntad, porque la mente se
concentra impelida por la voluntad que se enfoca en el objeto de concentración.
Es como si la voluntad construyera el molde en que fluyera la mente.
El gran obstáculo para el eficaz uso de la voluntad
en la mayoría de las personas, es la falta de habilidad para enfocar la
atención. Los yogis comprenden claramente este punto y muchos ejercicios de
Toga Raja están destinados a vencer esta dificultad.
Nunca se ponderarán bastante las ventajas de disciplinar
la atención hasta que sea capaz de fijarse tenazmente en el objeto de atención.
Quien en este grado la posee es capaz de lograr mucho más que el hombre muy
instruido pero atolondrado. La mejor manera de educar la atención dirigida por
la voluntad es ejercitarla en objetos sin interés, hasta que el interés se
despierte. Esto es difícil al principio, pero no tarda en ser agradable porque
el individuo nota el acrecentamiento de su voluntad y su atención y siente una
fuerza y poder de que carecía antes.
QUINTA LECCIÓN: CULTIVO
DE LA ATENCIÓN
Buscad los aspectos interesantes en las cosas que al
principio parecen sin interés y aparecerán a vuestra vista de suerte que os
interesará vivamente el objeto de atención. La atención voluntaria es indicio
de recia voluntad, es decir, de una mente educada por la voluntad, porque la
voluntad siempre es vigorosa y la mente y no la voluntad se ha de educar. La
atención es requisito previo de la memoria y no puede haber memoria, a menos
que se preste algún grado de atención. El grado de memoria depende del grado de
atención e interés.
Uno de los primeros ejercicios en el cultivo de la
atención es aprender a pensar en una sola cosa a la vez. La habilidad de
atender cuidadosamente al objeto o asunto que se trae entre manos y luego á
otro con la misma extensiva atención facilita el éxito del cultivo de esta
facultad. Por el contrario, nada tan perjudicial para el éxito ni que tanto
debilite la atención como la mala costumbre de intentar hacer varias cosas a la
vez o de hacer una cosa mientras se piensa en otra. Mente y manos han de actuar
de acuerdo, nunca en oposición.
Whateley: Se le pidió un remedio para la "timidez"
y dijo que el tímido lo era porque siempre estaba pensando en sí mismo .y en la
impresión que a los demás podía causar. Por lo tanto, opinaba que el tímido
debía pensar en los demás y en el placer que podría proporcionarles, para de
este modo olvidar lo referente a sí mismo. El remedio fue eficaz.
Consiste en entrar en una habitación y echar una
mirada rápida por el interior; salir en seguida y después anotar y describir
las cosas que habéis observado. La primera vez dejaréis de anotar alguna cosa,
pero la práctica vigorizará vuestra facultad de observación. Este ejercicio
también será más eficaz si se efectúa con un amigo. Es asombroso el número de
detalles que se pueden observar y recordar al cabo de un poco de práctica. Se
refiere del prestidigitador francés Houdini, que fortaleció la atención y
memoria mediante los siguientes ejercicios con un joven conocido. Pasaban por
delante de un escaparate y echaban una rápida mirada atenta a su contenido.
Luego, al dar vuelta a la esquina, comparaban lo observado. Al principio sólo
recordaban los artículos más notables; pero a medida que repetían el ejercicio observaban
y recordaban mayor número de los objetos del escaparate y se refiere que al
pasar rápidamente Houdini por delante de un escaparate, con sólo una furtiva
mirada podía nombrar y describir con exactitud casi todos los objetos
expuestos. La cultivada atención de Houdini le capacitaba para grabar en la
mente una vivida imagen del escaparate y su contenido, y describir los objetos
tal como los retenía en la mente.
SEXTA LECCIÓN: CULTIVO DE LA PERCEPCIÓN
Lo yogis distinguen entre la sutilidad de percepción y el
halago de los sentidos. Cabe argüir que no recibimos por los sentidos las
ideas superiores, pero se ha de tener en cuenta que las ideas derivadas de las
percepciones sensorias son la materia prima con que la mente elabora las ideas
de verdad, bondad y belleza. Así como el crecimiento del cuerpo depende de la
nutrición que se le da, el crecimiento de la mente depende de las impresiones
recibidas del mundo exterior por medio de los sentidos. Un poco de reflexión
sobre este asunto nos mostrará que cuanto mayor es el grado de ejercicio y educación
de los sentidos, mayor será el grado de poder y capacidad mental. Según
atesoremos en nuestro depósito mental los materiales que se han de elaborar en
pensamiento, así será la calidad y cantidad del producto elaborado.
REGLAS GENERALES DE LA PERCEPCIÓN
Lo primero que se ha de tener en cuenta en el arte de la
percepción es no intentar percibir de golpe un objeto complejo. Se ha de
examinar en sus pormenores que agrupados quedará considerado todo el objeto.
Cultivad un espíritu de "asimilación" y
percepción, y os sorprenderá el "conocimiento" que recibiréis.
No sólo vigorizáis así los sentidos actuales, sino que
ayudáis al desenvolvimiento de los sentidos latentes que pugnan por
desenvolverse. Por el uso y el ejercicio de las facultades que tenemos,
ayudamos al desarrollo de aquellas en cuya manifestación soñamos.
SÉPTIMA LECCIÓN: EVOLUCIÓN
DE LA CONCIENCIA
El animal "conoce" y el hombre no sólo "conoce",
sino que "conoce que conoce" y puede investigar este
"conocimiento" y especular acerca de él. Tiene conciencia mental. El
hombre se liga a los objetos de sensación y cada día se carga de necesidades
ficticias que debe satisfacer penosamente. En vez de enaltecerse y mejorarse
por el intelecto, pude valerse de él para arbitrar nuevos y más refinados
medios de halagar sus sentidos en una grado imposible a los animales.
Algunos hombres hacen una especie de rito de la satisfacción
de sus sensuales apetitos e intensifican su bestialidad por el poder del
intelecto. Otros se engríen con la sensación de la importancia de su personalidad.
Hay quienes caen en el extremo opuesto y se entretienen en analizar
morbosamente los afectos de su ánimo. Otros andan desalados tras el placer y la
dicha, pero como la buscan fuera y no dentro de sí mismos, se hastían. No
decimos esto con espíritu pesimista, sino para mostrar que la conciencia mental
tiene un aspecto siniestro. A medida que el hombre desenvuelve la conciencia
mental experimenta más vivamente el tedio de la vida.
El primero de los dos estados de conciencia superiores a la
conciencia mental o conciencia personal de los psicólogos, es la conciencia
individual o conciencia del ego, porque es la conciencia de la realidad del Yo
individual. Esta conciencia es capaz de distinguir claramente que la
personalidad con su cuerpo físico y su mente instintiva y su mente consciente o
conciencia mental con todas sus facultades, no es el verdadero ser del hombre,
sino sus instrumentos.
Entonces es capaz de decir conscientemente YO SOY.
En la etapa de conciencia del ego puede no comprender el
hombre los enigmas del universo ni ser capaz de solucionar los graves
problemas, de la vida, pero ya no le afligen ni perturban. Pueden usar su
intelecto como antes; pero ya no cree que su solución intelectual le dará la
felicidad o la paz del ánimo. Sabe que está sobre una sólida roca, y aunque las
tormentas del mundo de materia y fuerza pueden batir sobre él, no le dañarán. Hay una etapa todavía superior que muy pocos
han alcanzado. De todos los tiempos, razas y países nos llegaron referencias de
esta etapa, que se denomina "conciencia cósmica" y significa el reconocimiento
de la unidad de la Vida, esto es, que en
el universo hay una sola Vida, y está lleno de vida, movimiento y mente.
OCTAVA LECCIÓN: CUMBRES
Y VALLES DE LA MENTE
La "mente consciente" no es el alma ni el alma es
la parte de lo que conocemos en la conciencia; muy al contrario, lo que conocemos
en la conciencia es una corta parte del alma, el vehículo consciente del Yo.
Los yogis han enseñado siempre que la mente tiene varios
planos de manifestación y acción, y que algunos de ellos operan por encima y
otros por debajo del plano de la conciencia ordinaria.
Del doctor Thompson: "Al escribir esta obra fui durante
días y semanas incapaz de ordenar mi conocimiento del asunto, hasta que
experimenté una claridad en mi mente, después tomé la pluma, y, sin titubear,
escribí el resultado. Esto lo he conseguido más fácilmente apartando la mente
consciente tanto como me fue posible del asunto sobre el que estaba
escribiendo". Otro ejemplo de lo que los antiguos llamaron
"numen" y "musas".
Por otra parte, la superconciencia, así como la
subconciencia, se perciben mejor cuando la mente consciente no está activa.
La filosofía oriental- nos da la clave del problema. Las
maestros orientales han sostenido siempre que la mente consciente es una
pequeña fracción del volumen total de la mente y que así como hay un campo de
mentalidad inferior a la conciencia, lo hay también superior a ella.
NOVENA LECCIÓN: LOS
PLANOS MENTALES
Como lo hemos expuesto en la lección anterior, un noventa
por ciento de nuestras operaciones mentales se producen en planos ajenos al
campo de la conciencia ordinaria. En esta lección procuraremos clasificarlos
dirigiendo la atención a los varios planos mentales superiores e inferiores al
plano de la conciencia ordinaria.
La filosofía yoguística nos dice que hasta los átomos
tienen vida y una manifestación embrionaria de mente que los mueve a agruparse
de acuerdo con la ley de atracción formando diferentes combinaciones. Esta ley
de atracción es una operación mental y la primera prueba de elección
mental, acción y respuesta. Subyace en todo ello la energía universal o prana.
Todo hombre tiene en sí esta región mental instintiva y de ella nacen constantemente impulsos y deseos
que le incomodan, aunque también le sirven ocasionalmente. Todo el secreto
consiste en si el hombre domina o no su naturaleza inferior. Aunque podemos confundirnos acerca de muchos
detalles de moral y ética, y tal vez no podamos "explicar" el porque,
consideramos que ciertas cosas son justas o injustas, y sentimos intuitivamente
que la superior "justicia" de que somos capaces es la práctica de lo
que nos dicta la mente superior, y que la peor "injusticia" consiste
en hacer aquello que nos retrolleva a la vida de los animales. No porque haya algo absolutamente
"injusto" en el proceso mental de los animales en sí mismos, pues
todo es justo y perfectamente natural en los animales; pero intuitivamente reconocemos
que la vuelta a la etapa animal sería un retroceso en la evolución.
No atribuye la misma responsabilidad moral a un
niño o a un salvaje que a un hombre viril, instruido y civilizado. Puede
reprimir al niño y al salvaje por propia protección y bienestar de todos, pero
comprende la distinción, o, por lo menos, debiera comprenderla.
A medida que el hombre adelanta en la evolución desecha
muchas ideas que de lo "injusto" antes tenía, y forma nuevos
conceptos de la fuerza y restricción, con tendencia siempre hacia arriba y
adelante, hacia el amor y la libertad.
La condición ideal sería aquella en que no se necesitaran códigos de leyes
porque los hombres hubieran dejado de cometer errores por haber trascendido los
deseos pasionales y no por la coacción del castigo y la penalidad. También
pueden concretarse en hábito las operaciones mentales. Pronto adquirimos el
hábito de cavilar en ciertas cosas, pues el hábito mental se las asimila y
desde entonces pensamos automáticamente en ellas mientras no sobrevenga algún
incidente de mayor cuantía mental que desarraigue el hábito.
El plano mental inmediatamente superior al
del intelecto es la intuición, que Webster define en los siguientes
términos "Comprensión directa o convicción; inmediato conocimiento, como
en la percepción pero sin proceso razonador: rápido o pronto conocimiento
interno o comprensión".
Las bellas artes, la poesía, el amor puro, cierto grado de
conocimiento espiritual, la percepción automática de la verdad, provienen de la
intuición. En esta región maravillosa reside el genio.
Todo ser humano tiene intuición, aunque se manifiesta en el
grado en que cada cual es capaz de responder a ella. Crece con la fe y la
confianza, y se cierra y se oculta en sus recesos cuando dudamos de su
veracidad y realidad. Lo que llamamos "originalidad" proviene de la
intuición que transmite a la mente consciente una percepción de verdad superior
a las que el intelecto es capaz de percibir por sí mismo, y el resultado es el
genio. La humanidad todavía no ha alcanzado las alturas de la intuición.
Superior al 'plano de la intuición es el del
"conocimiento cósmico", en el que seremos conscientes de la
unidad de toda vida, y veremos plena y completamente la Vida Universal que
sirve de fundamento a las innumerables formas y aspectos de manifestación de la
vida. Esta y otras superiores fases de
conciencia aguardan a la humanidad. Los que leen esta lección están tal vez más
cerca de la conciencia cósmica de lo que creen; su interés por las lecciones es
indicio del hambre del alma, por el pan espiritual que un día saciarán.
DÉCIMA LECCIÓN: SUBCONCIENCIA
Los yogis indios, que instruyen a sus discípulos en la Yoga
Raja, les proporcionan métodos de dirigir su mente subconsciente de modo que
ejecute operaciones mentales en su beneficio. El maestro yogui comienza por
enseñar que la mente es-capaz de concentrarse en un objeto, mental o material,
y por medio de sus facultades de atención, observación y comparación llegar a conocerlo.
Así lo hacemos todos, pero el proceso de llegar al conocimiento no es una
verdad tan vulgar, pues se efectúa por debajo del plano de la conciencia ordinaria,
de modo que la mente consciente se encarga de mantener la atención en el
objeto.
Cuando el discípulo está preocupado por la consideración de
algún difícil y arduo problema filosófico, le ordena su maestro que relaje
músculos y nervios, que cese en todo esfuerzo mental y que al cabo de unos momentos
enfoque de nuevo el problema ante su visión mental por medio de la
concentración y que lo transfiera a la mentalidad subconsciente por un esfuerzo
de la voluntad, auxiliado por la representación imaginativa del problema
como si se tratara de algo material, hasta que se desvanece como si
desapareciera por escotillón. Entonces se le ha de dar a la mentalidad
subconsciente esta orden: "Quiero que analices, examines clasifiques y
estudies este problema y me presentes después la solución".
Según el plan de la subconcienciación, se ha de tranquilizar
primero la mente. Después ordenar los principales aspectos del problema, con
los detalles en su lugar respectivo. Luego, pasarlos en revista lentamente con
vivo interés y atención a cada aspecto y detalle, pero sin el más ligero
intento de tomar una decisión o llegar a una conclusión. Revisado el asunto,
querer que se transfiera a la mente subconsciente, formando la imagen mental de
dejarla salir por la puerta falsa, dándole al mismo tiempo la orden de la
voluntad: "¡Atiende a esto por mí!"
Hecho esto, desechad el asunto de vuestra mente consciente
por un esfuerzo de la voluntad. Si tropezáis con alguna dificultad, la
venceréis por esta frecuente afirmación: "He desechado este asunto de mi
mente consciente, y mi mente subconsciente lo atenderá por mí". Después
asumid la actitud mental de perfecta seguridad y confianza en la favorable
resolución del asunto, y evitad toda preocupación o ansiedad.
Si la resolución del asunto no aparece al día siguiente,
traedlo otra vez ante la mente consciente y notaréis que se ha modelado
considerablemente y está asumiendo clara y definida forma. Pero sin caer en el
error de analizarlo y entrometerse en él. Al contrario, prestad atención e
interés a su nueva forma, y después transferidlo de nuevo a la mente
subconsciente para más extensa elaboración. Notaréis una mejora cada vez que lo
examinéis; pero sin impaciencias de principiante que a cada momento saca el
asunto de su lugar para ver lo que ocurre.
No se ha de confundir esta labor de la mente
subconsciente con la de la intuición que es muy distinto aspecto de la
mente humana. La mente subconsciente es un siervo fiel y no pasa de ahí, mientras
que la intuición es como un cariñoso y abnegado amigo de mucho prestigio, que
nos amonesta, aconseja e inspira. Hay
datos sueltos de conocimiento concernientes a casi todos los asuntos; pero falta
articularlos en conjunto mediante la atención y examen del asunto. Es lo mismo
que si tuvierais en un vasto almacén centenares de kilogramos de cierto género
diseminado en porciones aquí y allá mezclados y confundidos con otros de muy
distintos géneros. En prueba de ello no hay más que meditar serenamente sobre
un asunto, para notar que acuden al campo de la conciencia multitud de datos y
pormenores
UNDÉCIMA LECCIÓN: CONSTRUCCIÓN
DEL CARÁCTER
La práctica yogi de la construcción del carácter se basa en
el conocimiento de la mente subconsciente. El término medio de las personas
reconoce los puntos fuertes y débiles de su carácter, pero propende a
considerarlos fijos e inalterables o poco menos. Cada cual cree que es
"como Dios lo ha hecho" y que tal es su fin. No comprende que su
carácter se está modificando inconscientemente día por día por la asociación
con otros cuyas sugestiones asimila y practica sin advertir que modela su carácter
al interesarse por ciertas cosas y permitir que su mente se detenga en ellas.
Que el estudiante conozca que su naturaleza es
plástica y el ego puede modelarla a voluntad por la concentración y la práctica
inteligente. La mayoría de las personas
piensan que el carácter es inmutable; y sin embargo denotan en sus acciones
diarias, que no lo creen en verdad, pues se esfuerzan en cambiar y modelar el
carácter de quienes les rodean, por la palabra, el consejo, la prevención, la
alabanza o la condenación.
Las causas del carácter pueden resumirse como sigue: 1°
Resultado de experiencias en vidas pasadas; 2º Herencia; 3° Ambiente; 4º
Sugestión ajena; 5° Autosugestión. Pero de cualquier modo que se haya
formado el carácter, puede modificarse y perfeccionarse por las métodos
expuestos en esta lección, similares a lo que los escritores occidentales
llaman autosugestión".
El primer requisito para cambiar la condición debe ser "desear"
el cambio, pues si no lo desea, no podrá actuar la voluntad. Hay muy
estrecha conexión entre el deseo y la voluntad. Es exactamente tan fácil plantar y cultivar
deseos sanos como malsanos. Y si sois conscientes de ciertos defectos de
vuestro carácter (¿quién no los tiene?) y, sin embargo, no tenéis un deseo
bastante fuerte para substituirlos, debéis comenzar por plantar la semilla del
deseo y dejarla crecer prestándole constante cuidado y atención. Debéis
representaros las ventajas de adquirir las condiciones deseables de carácter
que habéis imaginado. Debéis meditar con frecuencia sobre ellas
imaginándolos poseedores de ellas. Veréis que el creciente deseo se coloca en
la vanguardia y gradualmente necesitáis poseer la apetecida cualidad. Entonces
nacerá en vuestra conciencia el sentimiento de la posesión de suficiente
voluntad para obtenerla. La voluntad sigue al deseo.
Si no pensáis en deseos siniestros, les negaréis el único
alimento con que pueden prosperar. Del mismo modo que matáis una planta
negándole suelo nutritivo y agua, podéis hacer perecer un siniestro deseo
rehusándole el alimento mental. Recordad esto porque es importantísimo. Y
mientras repeléis el deseo siniestro debéis estar seguros de fomentar un deseo
de índole completamente opuesta. Representaos el deseo armónico y pensad en él
con frecuencia. Dejad que vuestra mente se detenga en él cariñosamente y que la
imaginación ayude a darle forma.
Después debéis estar dispuestos a dar el próximo paso que
es fe o confiada expectación. Cuanto mayor sea el grado de fe o expectante
confiada en la construcción del carácter, mayor será su éxito, en
correspondencia con bien establecidas leyes psicológicas. La fe o confiada expectación
despeja la senda mental y hace la obra más fácil, mientras que la duda o falta
de fe retarda la obra y es un obstáculo y entorpecimiento.
El tercero es la fuerza de voluntad, que no significa
el violento cerrar de puños y fruncir de cejas en que piensan muchos cuando
dicen que tienen voluntad. La verdadera voluntad se moviliza cuando se reconoce
la esencial naturaleza del Yo que le dicta órdenes desde el centro del poder y
fortaleza. Es la voz del Yo, necesaria en la construcción del carácter. Dispuesto
para la obra estará quien posea: Iº Vigoroso deseo; 2° Fe o confiada
expectación; 3° Fuerza de voluntad. Con esta triple arma es posible el éxito.
Después viene la obra efectiva. Lo primero que se debe hacer
es trazar la senda para un nuevo hábito
característico. "¿Hábito?" preguntaréis sorprendidos. Sí, hábito. Recordad
que el hábito es casi enteramente cuestión de la mente subconsciente. No
solamente durante el efectivo proceso de querer el nuevo hábito se abre la
nueva senda mental. Los yogis creen que la parte principal de la obra se
efectúa subconscientemente entre los intervalos de inactividad consciente, del
mismo modo que se resuelve subconscientemente un problema según lo expusimos en
la lección anterior. Así por ejemplo una tarea manual aprendida por la mañana
es mucho más fácil a la mañana siguiente.
Así, cuando deseamos establecer una cualidad de carácter, debemos
formar una imagen mental clara y exacta de lo que deseamos ser. Este es un
paso importante. La imagen ha de ser clara y precisa. Grabadla en la mente.
No solamente puede uno enaltecer así su carácter moral sino
que se puede adaptar diariamente a las necesidades del medio y de su profesión.
Si carece de perseverancia, puede obtenerla: si le invade el temor, puede
suplantarlo con el valor; si carece de confianza en sí mismo, puede lograrla,
pues no hay cualidad que no pueda adquirirse de este modo.
Ejemplo de cómo daremos algunas instrucciones para el
cultivo de las cualidades armónicas del carácter con aplicación a todos los
casos. El ya citado se refiere a la falta de valor moral, de confianza propia e
incapacidad para mantener el equilibrio en presencia de otra persona, para
decir ¡no! cuando sea necesario; del sentimiento de inferioridad respecto de
los demás (asertividad). He aquí, en breves
líneas, lo que se ha de hacer en este caso. Pag. 68 a 70.
Deberéis fijar en la mente la firme idea de que sois iguales
a cualquier hombre, que procedéis del mismo origen y sois una expresión de la
misma Vida. A los ojos del Absoluto sois iguales a cualquier hombre, aun el más
eminente de este mundo. Cuando estéis en compañía de alguien recordad esta
verdad y tened en cuenta que vuestro principio de Vida está en contacto con el
de los demás. La intrepidez es vuestra divina herencia. Disfrutadla. Tenéis
conciencia del Yo, y en el Yo habéis de confiar, no en vuestra mezquina
personalidad. Recluíos en vuestro interior hasta que sintáis la presencia del
Yo, y entonces tendréis una confianza propia que nada podrá turbar ni conmover.
DUODÉCIMA LECCIÓN: INFLUENCIAS
SUBCONCIENTES
Hay un método justo y propio de usar las fuerzas mentales,
como también uno impropio, y confiamos exponer claramente el asunto. Pero pocos
son capaces de apoyarse firme y constantemente en el reconocimiento del Yo y
otros necesitan auxilio mientras progresan. A éstos les diremos: '' Acercaos
tanto como os sea posible al reconocimiento del Yo y apoyad firmemente vuestro
pie espiritual sobre la roca de vuestra interna realidad". Si notáis que
alguien o algo os afecta siniestramente, erguíos resueltamente y negad la influencia.
Decid por ejemplo: "Yo NIEGO que ni personas, circunstancias o cosas,
puedan afectarme adversamente. Yo AFIRMO mi realidad, poder y dominio sobre
ellas".
Razón tendréis en negar de esta manera la influencia adversa,
para rechazar las nubes de pensamientos amenazantes y depresivas, para
asentaros en la roca de la verdad de vuestro Yo y pedir vuestra libertad. Los
pensamientos negativos de las gentes en general y de algunas personan en
particular, pertenecen al aspecto tenebroso de la vida y tenéis el derecho de
libertaros de ellos. Sois Hijos de la Luz y es vuestro derecho y deber
libertaros de las tinieblas. Practicaréis la Verdad al afirmar vuestra
superioridad y dominio sobre las fuerzas tenebrosas. Y en el grado de vuestro
reconocimiento y fe estará el poder a vuestra disposición. La fe y la certeza
hacen del hombre un dios. Si pudiéramos reconocer y comprender completamente lo
que somos, nos sobrepondríamos al plano de los negativos y lóbregos pensamientos.
Los indos, en sus
concepciones religiosas populares, representan al Absoluto como una Trinidad
constituida por Brahma, el Creador, Vishnu, el Conservador, y Siva, el
Destructor. No tres dioses, como se supone comúnmente, sino una Trinidad
Compuesta de tres aspectos del Absoluto. Esta idea de la trina existencia es
también aplicable al individuo. "Como es arriba es abajo". "El
Yo es lo esencial del individuo y el mundo mental su manifestación. En él
estáis constantemente creando, constantemente preservando, constantemente
destruyendo. Y para destruir algo en vuestro mundo de pensamiento, lo apartáis
de su campo de actividad, en lo que a vosotros concierne. Y para conservar
algo, lo mantenéis en acción y completa operación e influencia en vuestra vida.
Esta verdad pertenece a las superiores fases del asunto y su explicación está
intrincadamente ligada a la explicación de la "Cosa en Sí", del
Absoluto y sus manifestaciones. os recordamos siempre que vuestra fortaleza y
refugio está en el plano superior.
Pero debemos tratar con las cosas y leyes del plano
inferior, porque muy pocos de los que lean estas lecciones serán capaces de
reposar enteramente en el plano superior. La gran mayoría sólo lo han
alcanzado parcialmente y, por lo tanto, están viviendo en ambos planos, algo en
cada uno, con la consiguiente lucha entre las leyes opuestas de los dos planos.
La presente etapa es una de las más ásperas del Sendero de Perfección y se
parece a los dolores del parto. Pero estáis naciendo en más alto plano y
por agudo que sea el dolor, al fin desaparece y tendréis paz y calma. El dolor
que estáis experimentando no es un castigo, sino factor necesario de vuestra
evolución. Toda vida obedece a este plan. Los dolores de la gestación y el
nacimiento siempre preceden a la liberación. Así es la vida, y la vida está
basada en la verdad, y todo es para bien del mundo.
Recordad siempre que sois un individuo con mente y voluntad
propias. Apoyaos firmemente en la conciencia del Yo, y seréis capaces de
manifestar prodigiosa fuerza contra las sugestiones adversas. Sed vuestro
propio sugestionador; gobernad e influid en vuestra mente subconsciente y no
permitáis que os afecten ajenas sugestiones. Cultivad el sentimiento de
individualidad.
Como hemos dicho hondas mudanzas ha de experimentar la
humanidad en esta ya comenzada etapa de su evolución. Torpe será quien no
vea el acelerado progreso, los radicales cambios sobrevenidos desde el
principio del siglo XX. Todo lo viejo está a punto de derrumbarse al empuje
de lo nuevo. Convencionalismos, ideas, costumbres, leyes, conceptos
sociológicos, económicos, teológicos, filosóficos y metafísicos quedarán
desechados por la humanidad.
Los hombres corren de un lado a otro pidiendo un guía, un
salvador. Todo lo prueban, pero no hallan lo que buscan. Claman por
satisfacción, y no la encuentran. Sin embargo, esta inquietud y desasosiego es
indispensable para predisponer a la humanidad a la inminente y profunda mudanza
que la aguarda. Pero el alivio no vendrá del exterior. Vendrá del interior.
Ya no satisfacen las viejas reglas, leyes y ligaduras.
Nuevos, extraños e impetuosos pensamientos acuden a la mente de los hombres,
quienes no se atreven a exponerlos a sus amigos, y sin embargo esos mismos
amigos alimentan análogos pensamientos. Los gentes están cansadas de
hipocresía y deshonor en las relaciones humanas y piden a gritos volver a la
verdad y la honradez en pensamiento y acción. Pero no ven la salida. No podrán
verla hasta que la mente de la humanidad evolucione un grado más.
AFIRMACIÓN
Hay sólo Una Vida, Una Vida Fundamental. Esta Vida se
manifiesta a través de Mí a través de todas las otras formas y cosas. Estoy
descansando sobre el seno del Gran Océano de Vida, él me soporta y me llevará
en salvo a través de las tormentas, furias y estruendo de la tempestad. Estoy
seguro sobre el Océano de Vida y me regocijo al sentir el vaivén de su
movimiento. Nada puede dañarme, aunque los cambios vengan y vayan. Estoy a
salvo. Soy Uno con toda la Vida y su Poder, Conocimiento y Paz está detrás, por
debajo y en Mí. ¡Oh Vida Una! exprésate por mí, llévame ya a la superficie de
la onda, ya a las profundidades del Océano, soportado siempre por Ti. Todo es
bueno para mí, pues siento Tu vida moviéndose en mí y a mi través. Estoy Vivo
mediante tu Vida, y me abro a tu completa manifestación e influjo.
Los subrayados son todos míos
muchas gracias por su resumen
ResponderEliminar